31 marzo, 2010

De cumpleaños...

Y es que di vuelta por toda mi vida y recordé cosas que creía perdidas...

Es ese sentimiento curioso que te da la noche anterior, ese cosquilleo extraño...
Te pasas la semana anticipando el momento, emocionado... Tienes nervios. Muchos nervios.
Pero por fuera, aparentas que será sólo otro día más.

Pasé la semana previa a mi cumpleaños haciendo exámenes, desvelándome con trabajos escolares y de cuando en cuando, cayendo dormido en lugares insospechados...

¿Que cuantos cumplía?
18. Ni más, ni menos.
Me volvía legal. O eso se decía.

La noche anterior a ese día, no dormí... Por inercia, principalmente...
Recuerdo que a eso de las 12, mi madre me felicitó... Por facebook. Fue extraño.
Acabé por dormirme por ahi de las 4... Teniéndome que despertar una hora después, para ir a la escuela. Habría faltado de no ser por los exámenes. Crap.

Y pues, desperté de manera especial... Mi madre y hermana confabularon para sorprenderme...
Hubo mañanitas a alto volumen, y un arreglo de globos que involucraba a la rata cocinera "Chefcito" Remi de Ratatouille. Fue lindo.
(Aunque el arreglo me asustó en la oscuridad de la mañana, debo confesar... Aún a veces, lo hace. Lol.)

En la escuela, me dieron un peluche de un tigre al cual llamaron "Raja"... Dicho peluche descansa en la comodidad del escritorio en mi cuarto.
Y mis compañeros me pasaron al frente y cantaron las mañanitas...
... No supe si considerarlo burla o que. Ja.

Mi día transcurrió notablemente bien ese viernes, pero eso no fue lo más importante de dicha fecha...

De pronto, al estar sentado en algún lugar de un gran país, me quedé pensando en mi vida... En todo lo que había sucedido a lo largo de estos 18 años...

La verdad, me gustaría hacer una especie de recuento, año por año... Alguna especie de remembranza... ¡Yo que sé!... Algo...

Pero el hecho es que no puedo, principalmente por que mis memorias son borrosas...

Y no me queda más que agradecer a todas cada una de las personas con quienes cruce palabras, a quienes ayude y me ayudaron, los que me apoyaron y los que siempre estuvieron ahí... Etecé, etecé, etecé...

Por que sin ustedes, no habría Jedi Mal Pagado...
Y yo no sería el "loco soñador de ideales perdidos" que soy...

Estos 18 años, me habré caído unas milochomil veces...
... Pero me levanté. Cada vez más fuerte, aprendiendo de mis errores.

Tal vez no sea la mejor persona... Pero hago lo que puedo por que la gente que quiero y yo mismo, estemos bien. :D

Vamos, que el camino sigue... ¡Y no me puedo quedar atrás!

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A todos los que han estado a lo largo de este tiempo, los que se han ido, los que van llegando y los que faltan... Gracias... ¡TOTALES!

... Y que la Fuerza nos acompañe. Siempre.

...

23 marzo, 2010

De días sanguinarios...

... Un cuchillo. Era todo lo que necesitaba. Un afilado cuchillo Chef.

Eran las 7 de la mañana, me encontraba llegando como siempre a la monotonía escolar de la semana.
Era lunes. Odiaba los lunes. Tenían ese "no se que, que que se yo" que suele molestarme.
Lo único bueno era que teníamos clase de Cocina en la escuela, y por alguna razón eso me mantenía.

La situación, era la siguiente:
Tenía 3 horas de clase, un receso y dos exámenes antes de la dichosa clase de Cocina. Epic Fail.
Pero igual, iba como si nada.

Entré a mi salón, como de costumbre, ignorando a los pocos que ahí estuviesen... Nunca me había dado por saludarles y este día no tenía nada de especial como para comenzar a hacerlo.
Si me saludaban, perfecto. Si no, también.

La noche anterior, en la televisión, habían pasado una película de cierto personaje famoso al cual alguna vez le guarde cierto parecido. Hacía años ya. No era algo de lo que estuviera tremendamente orgulloso, puesto que había sido parte de mi "oscuro pasado". Usualmente, me molestaba recordarlo, pero no decía nada.

Uno de mis compañeros, habiendo notado dicho parecido desde que había entrado a la escuela, comenzó a hacer burlas y referencias estúpidas. Opté por ignorarle, no valía la pena gastar saliva en un animal que parecía no comprender las palabras. De cuando en cuando, una sonrisa maliciosa cruzaba mi rostro.

Personaje sin nombre 1: "Cuidado, no vaya a hechizarte..."
Personaje sin nombre 2: "No, no puede hacer magia fuera de su escuela... ¿O si?"
Personaje sin nombre 1: "Jaja. Pasado de lanza."

Las burlas seguían y seguían. Yo ignoraba. Hacía tiempo que había comprendido que responderles era sólo alimentar su necesidad de atención, y yo no tenía necesidad alguna de lidiar con sus traumas existenciales.

Y sin embargo, había una parte de mi que se incendiaba cada que escuchaba sus risas... Era como saber que aunque no debía, un susto no les vendría nada mal...
Era mi demonio interno, queriendo tomar control sobre mi.

El día se fue lento... Pero logré llegar a la clase de Cocina sin problemas.
Fuimos a la cocina, donde nos pondrían a hacer cortes y demás. Era examen práctico, aparentemente. Oh demonios, no recordaba más que lo que había estudiado minutos antes...

Pasamos de uno en uno, con el Chef... Escuchábamos lo que pedía, y veíamos lo que se hacía... Algunos encontraban errores y comentaban. Era una retroalimentación extraña llena de demasiados puntos de vista. Yo escuchaba en silencio.

De pronto, el Chef decidió ponernos a hacer cortes a todos, diciéndonos que necesitaba. No daba más instrucciones. Comenzamos tan pronto dejo de hablar. Aquí y allá se escuchaba el sonido sordo del cuchillo atravesando verduras.

Y entonces, sucedió.

Un compañero a mi lado se corto el dedo.
Frenesí sangriento. Esa parte vampirezca de mi, mi demonio interno, se moría por esa sangre. Mientras yo observaba con silencio y le decía al chico que se fuera a lavar la mano, con voz seca y fría.

No fue suficiente, otros compañeros comenzaron a tener accidentes y la sangre comenzó a verse aquí y allá. Mi frenesí aumentaba, y controlarme me estaba costando demasiado trabajo... Aún cuando solo mi sangre era capaz de volverme loco...

Y entonces, ella se cortó. La chica al lado de mi. Y no pude aguantar más.

No recuerdo con exactitud que sucedió después... Sólo recuerdo que la chica se desmayo, y todos me vieron con mirada asustada. Mi cuchillo tenía sangre. Y yo saboreaba esa sangre.

Lo demás, es borroso...
... Hasta que me desperté.

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Como podrán notar, de vez en cuando me salen cosas fumadas de la mente.
Lo anterior, es una historia basada en una agradable sugerencia que una de mis mejores amigas hizo.

Lo sé. Está loco. No tiene sentido y carece de realidad alguna.

Pero hey... ¡Es una historia!

Sin más que decir, que la Fuerza esté con ustedes.

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Alguien una vez me dijo que era raro.
Le miré por unos segundos y le dije:
- Y dime, ¿Quien establece lo que es "normal"?...
... No respondió.

...

14 marzo, 2010

De noches en la ciudad...

Ni la Señorita James ni yo pensamos que la ciudad fuera, irónicamente, más segura en la noche...

Esta aventura se sitúa algunos días en el pasado.

Era una agradable noche, me conectaba al MSN como de costumbre para ver que había de nuevo en la red de amistades...

La Señorita James me habló casi casi al momento de conectarme; tenía planes, quería que le acompañara a algún rollo en el Centro Histórico de nuestra amada ciudad, museos y noche. Un proyecto algo interesante.

Así que, aún siendo mitad de semana y sin saber si obtendría permiso, le dije que sí. Tenía rato que no salía con ella, y aquella parecía la ocasión perfecta.

Cuando madre llegó, le pedí permiso, y después de algunas preguntas y ajustes, accedió.

Al otro día, hice lo de siempre... Fui a la escuela, clases, receso, clases, salir.
Fui a casa de mi abuelo, y luego salí rumbo a la casa de la Señorita James...
... Oh sorpresa, había un mensaje en mi celular que no había visto. Cambio de horario. Meh.

Así que, fui a mi casa a perder el tiempo hasta que fuera la hora para salir y llegar al nuevo horario.
Llegué antes de lo previsto. Y me tocó esperar... Di como mil vueltas. Ja.
Ya luego, entré al departamento de la Señorita James, y me sentí por un momento en escena de película...
(Ya saben, esas de el chico que invita a salir a la chica... El chico llega a casa de la chica, ella aún no esta lista, y el se sienta en la sala a esperar.)

Y entonces, salió de su cuarto, supongo. Se veía bien, alegre. Sonriente.
Y nos dispusimos a ir a nuestro destino: El Centro Histórico y sus múltiples museos. A una persecución de escalas altas por un maestro. Era como si fuéramos Caza recompensas.

La ida en el metro fue divertida, a pesar de que se llenó de gente en algún momento...
Al salir, la Señorita James se encontró con un amigo suyo, y nos dispusimos a ir a donde fuera el.

El chico nos llevó al Museo de la Luz... A darnos cuenta de que, por razones desconocidas, estaba cerrado.
"Irónico, el Museo de la Luz... No tiene luz!"

Regresamos por donde habíamos venido, hacía la Catedral Metropolitana... Había una manifestación cerca del Zócalo, lugar donde se realizaba la inauguración de no se que exhibición sobre el Bicentenario.
La Señortia James gritaba apoyando a los manifestantes, riendo, mientras el chico recibía llamadas y los 3 casi salíamos en televisión.

Llegamos al Museo del Estanquillo, donde se encontraron con otros conocidos. Se pasaron números de celular, si alguno veía al perseguido, su deber era llamar a los demás. Todos tenían que encontrarle.

Y entonces, sucedió.

Caminábamos con rumbo a la Alameda, cuando la Señorita James vio a una chava y un tipo corriendo:
Señorita James: ¡Eh!... ¿Que han visto al "Gordo"?
Chica No Identificada: ¡Si! ¡Esta en el Museo del Ayuntamiento!
Después, nos observamos los 3, de momento. Comenzamos a correr.

El camino parecía hacerse un poco más largo...
No se por que, en realidad, sólo me importaba que la Señorita James obtuviera esa prueba de que había estado ahí y visto al dichoso maestro para obtener unos puntos extras. Fue una frenética carrera, nos cansamos. Perdimos de vista a su amigo. Daba igual, habíamos llegado.

Pero el maestro no estaba ahí. O al menos, no en donde pudieran verle.

Estaba yo recargado en el barandal de una escalera, cuando voltee a ver a un grupo de adolescentes que salía tan rápido como habíamos entrado, la Señorita James estaba entre ellos haciéndome señas de seguirla, sus labios me decían que el personaje buscado estaba afuera.

Y entonces, volvió a suceder.

De pronto, de la nada, muchos adolescentes se comenzaron a arremolinar alrededor de alguien. Salían de todos lados, eran montones. Empezaron a aparecer flashazos de cámaras digitales, había mucho ruido.
Parecía que era alguien famoso. Un guardia se acercó a mi:
Guardia 1: Oye, ¿quien es?
Jedi: Nadie en especial... Sólo un maestro de la escuela de todos los rostros que ve aquí.
Guardia 2: Oh... ¿De verdad?... Pensamos que era alguien famoso...
Jedi: Lo siento, no es así. Ja.

La Señorita James se perdio de mi vista por largo rato, entre la gente...
Sentí un poco de miedo, realmente parecía que era fácil caerte y que te pisotearan.
Pero no, después de un rato la bola de adolescentes y los flash de cámara fueron haciéndose menos y le encontré con una amiga suya. Misión Cúmplida.

Entramos al museo de nuevo, puesto que tenían que hacer una reseña de la exposición ahí.
Les esperé pacientemente, dí algunas vueltas. Vi una campana, su inscripción aludía a algo de la Independencia. No puse mucha atención, mi madre me llamaba para saber que onda.

Salimos después de que yo volviese de tener una charla con la Madre Naturaleza, nos despedimos de su amiga. Parecía tener problemas con su madre a través del celular.
Caminamos sin rumbo fijo mientras me contaba que había pasado mientras desapareció de mi vista, riendo de cuando en cuando con esa risa característica de ella. Contagiosa.

Pasamos por Bellas Artes, acordando volver otro día a la misma hora para verle más detenidamente. Fuimos a la estación del metro. El regreso fue algo silencioso.

Llegamos a su casa, donde tocó despedirnos:
Señorita James: Y que... ¿No me darás mi abrazo de cumpleaños?
Jedi: Ciertamente... ¡Feliz no cumpleaños!

Y entonces me fui, caminando en la oscuridad de la noche. Sonriente.
Aquella noche había sido tan épica como había pronosticado horas antes.

De rato, lectores viajeros...

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¡Feliz día del Pi 3.14!

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