23 febrero, 2010

De un futuro brillante...

... Y entonces me detuve a pensar; ¿Era esto lo que realmente quería?

Continuaré contando los hechos recientes.

La mañana de mi primer día de clases, curiosamente, me desperté con "toda la actitud".
Era como si supiera que la Fuerza seguía guiándome, y yo sólo siguiera el camino que me marcaba...

Bien pues, entre a dicha escuela sintiéndome un N00B de primera.
¿Por que?
Bueno, no conocía a nadie, y todos los que pasaban alrededor de mi se saludaban como los grandes amigos.
Era uno de esos momentos de película en los que, realmente, me sentía el chico nuevo.

Me tomo unas cuantas preguntas el llegar a mi salón, afuera del cual me quedé parado unos minutos que me parecieron una eternidad, hasta el siguiente intercambio:
Dude 1: Oye, ¿Eres nuevo?
Jedi: Si...
Dude 2: ¿Y por que no entras al salón?
Jedi: ¿Les soy sincero?
Dude 1 y 2: Vas.
Jedi: Estoy nervioso. No conozco a nadie y cuando llegue al salón les vi echando desmadre y como que me saqué de onda de momento.
Dude 1: Correcto. ¡Metete!
Dude 2: Sep, ¡Entra!

Así fue como entre al salón por primera vez... Me senté en un lugar, y al momento siguiente de sentarme me llovieron preguntas... "Quien eres?" ... "¿De donde vienes?" ... "¿Cuántos años tienes?" ....
Algún chistosillo me aplicó un "¿Tienes hermana?" pero se resistió a decir nada más.

Y así, comencé de nuevo, lo que llamé "Mi última oportunidad".

Como ya dije, fue una semana extraña... Me dedique a observar a mis compañeros a la distancia, sin decir nada, en silencio... Hablaba más con los prefectos y maestras que con ellos...

Pero, lo más extraño, comenzó el jueves de dicha semana:
Mi prima me comentó sobre la posibilidad de hablar con otra prima que trabaja en un restaurante; ya saben, quiero volverme un chef...
Le dije que sería genial, que lo agradecería...
Me dijo que nos veríamos el jueves con ella para hablar y resolver dudas, y cosas así...

Pues bien, el jueves llegó. Nervios. No tenía idea de que habría de decir o preguntar. Absolutamente nada.

Después de un agradable rato en la tienda de mi madre, mi hermana, prima y yo partimos en la quest fastidiosa de viajar casi media ciudad.
En realidad, no fue fastidiosa, mi prima y mi hermana son chicas de esas que te dan lulz infinitos y buenos ratos cuando te acompañan.

Llegamos al destino: Reforma 222... A donde tuvimos que perder el tiempo mientras la prima de mi prima [Quién en realidad, también es mi prima...] regresaba de, lo que pensamos, era su hora de comer.

Y así, el tiempo pasó...
Un café, un paraguas caído, una zona de comida, MacBooks, y muchos recuerdos pasándome por la mente... Hacía casi un año que no iba a Reforma 222, y la vez que había ido, me mandaba mensajes con una chica que hoy en día sigue siendo muy importante para mi... Aunque las circunstancias hayan cambiado...

En fin...

Total que la prima llamó, ya había regresado, tocaba ir al restaurante: Le Cordon Bleu: La casa de Francia ubicado en la calle de Havre, detrás de Reforma 222.

Entramos por la puerta de atrás, como si nada... Yo me sentía todavía más nervioso... Estaba tan cerca de mi destino que comenzaba a darme pánico...
Y entonces, encontramos a la prima, quién nos saludo y nos presento al Chef Miguel, el Maxi-Bombad General del restaurante.
"Más señales de la Fuerza..." pensé, mientras le tendía la mano de forma nerviosa.

En realidad, yo no dije mucho; los nervios se habían llevado mi lengua cual ratón juguetón.
Mi prima habló con el Chef sobre mi intención de aprender y un día ser un Chef también, y durante unos segundos, mientras hablaban sobre el semestre en el cual tendría que hacer prácticas en un restaurante, le vi mirarme con interés, antes de que dijera su veredicto:
Maxi-Bombad Chef: Deberías venir los sabados, ¿Sabes?... Te serviría para aprender.
Prima Chef: Esa es una buena idea, así, cuando de toquen tus prácticas ya tendrás bastantes conocimientos, aparte, ¡Las podrás realizar aqui!
Prima filosofa: Y... ¿Cuándo empezaría o como?
Maxi-Bombad Chef: Este sábado.
Jedi: *Silencio, asiente*
Hermana de Jedi: Bueno, entonces ya está. Vendrá.

Y de pronto, todo se quedó en silencio, mientras me daba cuenta de las palabras que acababan de intercambiar las demás personas a mi alrededor.

Las dudas me vinieron encima, e igual no pude decir nada... Todo comenzaba a pasar tan rápido...

... Y mañana les acabaré de contar. Ja.
Cuidense, lectores viajeros.

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Ese jueves, era 18... Y por mi mente pasaba constantemente el recuerdo de una fecha especial...

... 

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