#CiruelaNecesaria...

"Nos vemos luego, bola de pelos..." - Yo a mi mascota, antes de irme al hospital por primera vez.

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Cuando todo esto comenzó, sabía que posiblemente no vería su 'bolipeluda' presencia en mucho tiempo; pero tenía la certeza de que me encontraría con su mirada después...

Y mientras estaba en el hospital, no pasaba día sin que yo sintiese que le extrañaba, tal vez demasiado para una mascota...

Y es que, Ciruela, como le llamamos después de que mi madre así lo decidiera, nunca fue una perra 'normal'...

"O hai thar!"

Cuando le conocimos, recién nacida, se distinguió de su 'manada' por que tenía un mechón de pelo blanco y erizado en el cuello, antes de la espalda. Era pequeña, y tenía la misma mirada que su madre; esa mirada de perrito que te dice "Quiéreme mucho, ¿Si?"...

Mi hermana le escogió por esa razón. Y por que levantaba la patita de manera curiosa si le hablabas.

Claro, a este punto, todavía nos faltaba convencer a madre de que nos dejara tenerle; pero Ciruela se encargó de ello con el encanto que siempre le caracterizó.

Para cuando estábamos escogiendo su nombre, mi hermana yo entramos en un conflicto: Zoe ó Galleta.
Madre, con voz fuerte y autoritaria dijo "Ciruela!" y la bola de pelos que estaba frente a nosotros levantó la pata en señal de aprobación.

Poco tiempo después, Ciruela estaba instalándose en el departamento donde vivo con mi madre y hermana, claro, con algunas complicaciones y debates de los vecinos que, envidiosos tal vez, se negaban a aceptarle por muchas estúpidas razones.

"¡Mira mamá! ¡Toco el piano como tú! :3"

Pero al final, y una vez más, fue su encanto lo que le hizo ser querida y aceptada por los vecinos también; bueno, no todos. Pero los suficientes como para asegurar su estancia con nosotros, y que estaría bien.

Poco a poco le entrenamos para que comprendiera que en el departamento no debía hacer "sus cosas". Y que por consiguiente, avisase para llevarle a donde si podía hacerlo con total libertad y alegría.

Así mismo, mientras crecía, notabamos una pequeña particularidad en ella: Sus orejas, operadas, y que suponiblemente deberían estar firmes, nunca se ponían así. Al final, lo vimos como su trademark y forma de distinción ante cualquier perro.

"¿Estás bien, Jedi?"

Como ya dije, Ciruela no era cualquier perro, ni una mascota normal.
Yo lo sé por que para mí significó demasiadas cosas: Muchas veces fue mi compañía, otras veces mi hombro para llorar, otras tantas mi arma contra el ocio, o mi voz de la razón... ¡Incluso salvo mi vida una vez!

No sé, realmente, como describir mi convivencia con ella, ni como contar cada momento que pase a su lado... Todo lo que me ayudo mientras yo sentía que estaba solo, y lo mucho que le agradeceré siempre el estar ahí.

Pero sé que le amé, a pesar de ser sólo una perrita. Por que como ella no habrá ningún otro ser, jamás.

Y me duele demasiado el saber que ya no está...
Murió, hasta donde sé, por una complicación debido a una infección en el estómago.
Y, aunque hace semanas de su partida, y a pesar de que lo sospechaba, apenas me vine a enterar hoy.

Mi madre dice que fue por el tiempo en el que le soñé por última vez:
Ciruela me visitaba en el hospital, y como si fuese lo más normal, se recostaba en mi cama, como siempre lo hacía en mi cuarto... Se quedaba dormida... Y poco a poco, me dormía yo también...

Quiero pensar entonces, que se despidió de mí. Y eso, es algo reconfortante.

Ella fue Ciruela, la mascota que muchos adoraron sin siquiera conocerle, una mascota genial.

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Descansa, bola de pelos... Donde sea que estés, no dejes de ser tu...
... Ya te veré luego...

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