14 marzo, 2010

De noches en la ciudad...

Ni la Señorita James ni yo pensamos que la ciudad fuera, irónicamente, más segura en la noche...

Esta aventura se sitúa algunos días en el pasado.

Era una agradable noche, me conectaba al MSN como de costumbre para ver que había de nuevo en la red de amistades...

La Señorita James me habló casi casi al momento de conectarme; tenía planes, quería que le acompañara a algún rollo en el Centro Histórico de nuestra amada ciudad, museos y noche. Un proyecto algo interesante.

Así que, aún siendo mitad de semana y sin saber si obtendría permiso, le dije que sí. Tenía rato que no salía con ella, y aquella parecía la ocasión perfecta.

Cuando madre llegó, le pedí permiso, y después de algunas preguntas y ajustes, accedió.

Al otro día, hice lo de siempre... Fui a la escuela, clases, receso, clases, salir.
Fui a casa de mi abuelo, y luego salí rumbo a la casa de la Señorita James...
... Oh sorpresa, había un mensaje en mi celular que no había visto. Cambio de horario. Meh.

Así que, fui a mi casa a perder el tiempo hasta que fuera la hora para salir y llegar al nuevo horario.
Llegué antes de lo previsto. Y me tocó esperar... Di como mil vueltas. Ja.
Ya luego, entré al departamento de la Señorita James, y me sentí por un momento en escena de película...
(Ya saben, esas de el chico que invita a salir a la chica... El chico llega a casa de la chica, ella aún no esta lista, y el se sienta en la sala a esperar.)

Y entonces, salió de su cuarto, supongo. Se veía bien, alegre. Sonriente.
Y nos dispusimos a ir a nuestro destino: El Centro Histórico y sus múltiples museos. A una persecución de escalas altas por un maestro. Era como si fuéramos Caza recompensas.

La ida en el metro fue divertida, a pesar de que se llenó de gente en algún momento...
Al salir, la Señorita James se encontró con un amigo suyo, y nos dispusimos a ir a donde fuera el.

El chico nos llevó al Museo de la Luz... A darnos cuenta de que, por razones desconocidas, estaba cerrado.
"Irónico, el Museo de la Luz... No tiene luz!"

Regresamos por donde habíamos venido, hacía la Catedral Metropolitana... Había una manifestación cerca del Zócalo, lugar donde se realizaba la inauguración de no se que exhibición sobre el Bicentenario.
La Señortia James gritaba apoyando a los manifestantes, riendo, mientras el chico recibía llamadas y los 3 casi salíamos en televisión.

Llegamos al Museo del Estanquillo, donde se encontraron con otros conocidos. Se pasaron números de celular, si alguno veía al perseguido, su deber era llamar a los demás. Todos tenían que encontrarle.

Y entonces, sucedió.

Caminábamos con rumbo a la Alameda, cuando la Señorita James vio a una chava y un tipo corriendo:
Señorita James: ¡Eh!... ¿Que han visto al "Gordo"?
Chica No Identificada: ¡Si! ¡Esta en el Museo del Ayuntamiento!
Después, nos observamos los 3, de momento. Comenzamos a correr.

El camino parecía hacerse un poco más largo...
No se por que, en realidad, sólo me importaba que la Señorita James obtuviera esa prueba de que había estado ahí y visto al dichoso maestro para obtener unos puntos extras. Fue una frenética carrera, nos cansamos. Perdimos de vista a su amigo. Daba igual, habíamos llegado.

Pero el maestro no estaba ahí. O al menos, no en donde pudieran verle.

Estaba yo recargado en el barandal de una escalera, cuando voltee a ver a un grupo de adolescentes que salía tan rápido como habíamos entrado, la Señorita James estaba entre ellos haciéndome señas de seguirla, sus labios me decían que el personaje buscado estaba afuera.

Y entonces, volvió a suceder.

De pronto, de la nada, muchos adolescentes se comenzaron a arremolinar alrededor de alguien. Salían de todos lados, eran montones. Empezaron a aparecer flashazos de cámaras digitales, había mucho ruido.
Parecía que era alguien famoso. Un guardia se acercó a mi:
Guardia 1: Oye, ¿quien es?
Jedi: Nadie en especial... Sólo un maestro de la escuela de todos los rostros que ve aquí.
Guardia 2: Oh... ¿De verdad?... Pensamos que era alguien famoso...
Jedi: Lo siento, no es así. Ja.

La Señorita James se perdio de mi vista por largo rato, entre la gente...
Sentí un poco de miedo, realmente parecía que era fácil caerte y que te pisotearan.
Pero no, después de un rato la bola de adolescentes y los flash de cámara fueron haciéndose menos y le encontré con una amiga suya. Misión Cúmplida.

Entramos al museo de nuevo, puesto que tenían que hacer una reseña de la exposición ahí.
Les esperé pacientemente, dí algunas vueltas. Vi una campana, su inscripción aludía a algo de la Independencia. No puse mucha atención, mi madre me llamaba para saber que onda.

Salimos después de que yo volviese de tener una charla con la Madre Naturaleza, nos despedimos de su amiga. Parecía tener problemas con su madre a través del celular.
Caminamos sin rumbo fijo mientras me contaba que había pasado mientras desapareció de mi vista, riendo de cuando en cuando con esa risa característica de ella. Contagiosa.

Pasamos por Bellas Artes, acordando volver otro día a la misma hora para verle más detenidamente. Fuimos a la estación del metro. El regreso fue algo silencioso.

Llegamos a su casa, donde tocó despedirnos:
Señorita James: Y que... ¿No me darás mi abrazo de cumpleaños?
Jedi: Ciertamente... ¡Feliz no cumpleaños!

Y entonces me fui, caminando en la oscuridad de la noche. Sonriente.
Aquella noche había sido tan épica como había pronosticado horas antes.

De rato, lectores viajeros...

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¡Feliz día del Pi 3.14!

...

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