02 abril, 2010

De deseos de cosas imposibles...

Fue entonces cuando me di cuenta de que, tal vez, hasta ahí llegaba todo...

Me encontraba sentado, hablando de cualquier trivialidad con un amigo que jugaba con mi llavero mientras yo observaba hacía la entrada de la plaza.
No le ponía mucha atención a mi amigo, y él lo sabía. Estaba nervioso.

Y entonces, le vi llegar. Se veía diferente. Muy diferente.
Más fresca y suelta... Pero al mismo tiempo débil y vulnerable...
Era una extraña visión, una fusión entre perfección y fragilidad.
Y seguía tan hermosa como siempre.

Fui a su encuentro, estaba alegre, como de costumbre.
Le saludé, igual de alegremente. Me abrazó. Saludé a su madre.
Todo iba normal... Tranquilo...

Su madre se fue, ella y yo comenzamos a caminar por la entrada, mientras yo le hacía señas a mi amigo para que fuera a nuestra posición... Les presenté. Se saludaron. Fue algo extraño.
Eventualmente mi amigo se fue, dejándome con ella para platicar sobre todo y nada.

Seguimos caminando, mientras ella me contaba su día, nuevas experiencias, anécdotas y cualquier otra cosa que pudiera contar. Acostumbraba hacerlo, mientras yo le escuchaba atentamente y en silencio.
Me gustaba mucho escuchar su voz...

En algún momento y después de largo rato hablando, se quejó de mi silencio...
L: Es que, se me ha secado la boca... Jaja... ¡Y tú no dices nada!
Jedi: Tal vez por que no hay mucho que contar...
L: Lo dudo mucho...
Jedi: Tal vez...

Me habré sacado algo de la manga, y funcionó... Eventualmente, ella volvió a llevar la plática, y yo volví a quedarme en silencio mientras admiraba su belleza y escuchaba su suave voz...

Habrán pasado horas, mientras ella hablaba y yo me perdía en esa voz. Mientras platicabamos de todo y de nada, y yo me encantaba por su sonrisa.

Y quise detener el tiempo...
... Pero no me fue posible.

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... That's enough. Enough now.

...

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